BARLOW, ANNE. Galería Ruth Benzacar, 2001.
El interés por la arquitectura, la geometría y la superficie es un rasgo determinante en la obra de Karina El Azem. El Azem creció en las cercanías de Buenos Aires, ciudad donde una plétora de hogares han sido alterados de modos muy característicos mediante la adición de peculiaridades arquitectónicas y azulejos decorativos. Lo que intrigaba a El Azem era una perceptible tendencia a elegir formas y motivos particulares, instinto humano natural que ella explora en su propio trabajo.
Su interés en la modularidad y las facetas externas de la arquitectura se manifestó por primera vez en los modelos de casas a escala 1:70 que creó después de graduarse en 1992, en la Escuela Nacional de Bellas Artes “Prilidiano Pueyrredón”. Desde ese momento, se centró cada vez mas en la idea de superficie, patrón y repetición. Su obra comienza con un motivo decorativo único que ella repite en formas de dos y tres dimensiones –principalmente grillas, franjas y objetos. Como en esta exhibición, con frecuencia combina esta formas en instalaciones que ocupan el espacio dado como un medio para internarse en lo que espectador experimenta, en relación con la escala , proporción y límite, dentro de un espacio arquitectónico.
El uso de cuentas para simular, o construir, un modelo es la médula de su práctica de trabajo. El Azem las utiliza para producir un “prototipo” táctil, muy trabajado, que resulta del soporte de la composición de una pieza mas grande. En la mayoría de los casos este azulejo actúa como un punto de referencia para el espectador, y está incrustado en la obra o bien ubicado junto a ella (1).
Desde 1995, El Azem ha trabajado con tecnología digital para escanear y repetir una unidad de cuentas de vidrio (2) En algunos trabajos repite una imagen en un formato lineal hasta que considera apropiado cortar el flujo; en otros, expande horizontal y verticalmente un patrón para ocupar una superficie mayor. En esta exhibición, presenta vistas cada vez mas aumentadas de una imagen bidimensional –como en Espirales y Vacas. Dinastía XIX- al punto en que la unidad original es casi irreconocible como tal. Con Sillón de Leopardo, envuelve un objeto con una tela diseñada digitalmente, jugando con la superficie de una pieza tridimensional en relación con el espacio arquitectónico que ocupa.
La obra de El Azem es casi exclusivamente abstracta, con poca o ninguna referencia a la figura humana (3). Combina una estética contemporánea con una gama de referencias históricas, signos y símbolos, como los trabajos op-art de los ´60 y ´70. Para El Azem, el denominador común mas crucial de estas referencias es su capacidad de provocar en el espectados un frecuente reconocimiento subconsciente de formas “universales”.
En este contexto, son fundamentales los materiales que El Azem elige. Para ella, las mostacillas son un símbolo no solo de la cultura argentina, sino también de la tendencia universal a usar “patterns”.
Como ella declara: “El impulso biólogico de acomodar una elemento, por ejemplo, piedras, cuentas de colores o migas de pan, en una forma específica, satisface un cierto sentido del orden inherente, que es una característica de nuestra condición humana”.
Esta noción de intuir formas universales es la idea dominante de una de las principales fuentes de El Azem, The Grammar of Ornament, del diseñador y arquitecto galés Owen Jones (1808-1874). (4)
Publicada por primera vez en 1856, sigue siendo considerada por muchos historiadores como una obra clave de referencia para las artes decorativas, uniendo en una sola publicación estudios sobre ornamentos arquitectónicos y decorativos de distintas regiones geográficas y distintos períodos. Al documentar ejemplos de, entre muchos otros, ornamentos egipcios, árabes, de la Edad Media, moriscos y chinos, el libro también atrae la atención sobre similitudes en diseño que conectaron a diferentes culturas.
El Azem utiliza libros como The Grammar of Ornament para apropiarse de diseños singulares, pero también combina diseños de distinatas fuentes culturales en obras individuales. Para que los expectadores puedan experimentar plenamente su trabajo,
El Azem considera vital revelar las fuentes visuales originales de la pieza –aquí visto, por ejemplo en los patros de Art Deco listados AR I a AR 8. Luego, utiliza grupos de obras para crear instalaciones que tanto complementan como perturban la experiencia del espectador respecto de determinado espacio arquitectónico.
Algunas de sus instalaciones tienen la apariencia de un “hallazgo” arqueológico, donde ciertas partes de un interior ornmantal sobrevivieron al paso del tiempo (5). Para la exhibición en el Consulado Argentino en Nueva York de noviembre de 2000, El Azem creó una instalación para una de las salas, aplicándola sobre la boiserie existente como base para una “intervención” contemporánea. Ls ubicación de las obras y el modo en que cubrían o dejaban al desnudo las superficies, afectaron intensamente l percepción del espectador de los límites arquitectónicos y la “lógica” inherente del espacio.
En esta muestra en la Galería Ruth Benzacar, una pieza aparentemente de cuatro lados actúa como punto focal de la sala, ocultando la columna central d ela galería. Un lado de la pieza funciona comoentrada a un espacio que confunde las expectativas, con un patrón uniforma y un dispositivo de espejos que crean la ilusión del infinito.
Esta exhibición ofrece la oportunidad única de apreciar la riqueza y complejidad de la obra de Karina El Azem hasta la fecha. Su acercamiento “sintetiza” referencias visuales y culturales que son locales e internacionales, históricas y contemporáneas. Mediante
la combinación de materiales trabajados con cuentas y reproducciones digitales, su obra remite a largos debates en el marco de las artes visuales sobre el valor relativo de lo doméstico y la pequeña escala versus la producción en masa.
El modo en que ella trata los conceptos de percepción, análisis e intuición –particularmente en relación con el espacio arquitectónico- también ubica sólidamente su trabajo dentro de los intereses actuales de la práctica artística internacional.
Anne Barlow, New York, mayo de 2001.
- En esta muestra, la excepción es la obra de gran formato sin título que combina patrones francés y árabes en formato de grilla. Aquí , prescinde del original y solo exhibe la impresión digital, con un cartel que explica las fuentes.
- Aunque inicialmente frustrada por las limitaciones de la tecnología digital de mediados de los ´90 para producir formas tridimensionales en particular, ahora El Azem puede trabajar con una variedad de formatos de gran calidad.
- Una notable excepción a esto fue el trabajo creado por El Azem durante su residencia en Art Omi International Arts Center, en julio de 2000. En Art Omi utilizó nuevas fuentes, incluyendo un libro de señales de tránsito, para producir imágenes monocromáticas como símbolos de equipaje y carteles de baños de mujeres. Luego, El Azem ubicó estos carteles en las paredes de su espacio de exhibición, en posiciones “ilógicas” que eran demasiado altas para ser funcionales, o que ocupaban bordes y rincones.
- La Gramática del Ornamento. Owen Jones, publicado por primera vez por Day & Sons en 1856, Londres.
- Usa también lámparas estratégicas para enfocar ciertas partes de la instalación. En forma parecida a como un arqueólogo iluminaría una excavación.