CAVANAGH CECILIA, Incidental, Pabellón de Bellas Artes de la UCA.
El Pabellón de las Bellas Artes ofrece una visión de los aspectos más destacados de la obra de Karina El Azem, su lenguaje y vocabulario artístico, y su yuxtaposición de enfoques, que transmite al espectador.
Las cuestiones que plantea la artista son tan profundas como la complejidad de los materiales y diversidad de técnicas que emplea. Las fotografías, las pinturas, los collages, los assemblages, las impresiones digitales, tienen fundamentalmente como tema lo popular, los mitos y símbolos, el embellecimiento de lo cotidiano, y la violencia penetrante y vigente, dentro de una identidad que reconocemos argentina.
Preocupada por que el arte se comprometa con asuntos reales e injustos, Karina El Azem realiza una serie de retratos que pertenecen a hombres condenados por crímenes que no cometieron, y que años más tarde fueron liberados gracias a una asociación llamada Innocence Project, que mediante el uso del ADN, pudo determinar que eran inocentes. Estos retratos están pintados con sangre, a la que se les aplicó un reactivo usado en criminalística llamado Luminol, y que provoca luminiscencia en la superficie donde hubo sangre, aun si ya fue higienizada. El desvelo de la artista tiene que ver con el lugar que ocupa el individuo en la sociedad y, en estos casos, la realidad inaceptable de cada uno de ellos.
Afrontando la perseverante e «incorregible» tenacidad de tanta imagen y significado, a la figura icónica de Juan Domingo Perón, saludando a la multitud peronista con una gran sonrisa, una firme mirada y los brazos en alto, lo estampa y reproduce sobre cinco piezas individuales de acrílico, con color que varía de acuerdo a la situación meteorológica del medio ambiente, el mismo utilizado para los recuerdos de Mar del Plata, como los tradicionales caballitos de mar, fragatas o lobos marinos. Es sobre todo la utilización de un lenguaje dentro de otro lenguaje lo que suscita la atención del público, transformando un personaje histórico y mítico, como Perón, en objetos de consumo popular ornamental.
Karina El Azem expone en muchas de sus obras la utilización de diferentes elementos siguiendo el ordenamiento de cuentas, de una forma semejante a la del bordado de mujeres, utilizando cuentas de vidrio y de plástico, mostacillas y perlitas, que inserta relacionando al arte pop, y que fue pasando a impresión digital. Las cuentas de vidrio destellan la encarnación de una obra de Juan Gris y otra de Picasso, o los diseños de mosaicos arabicos en mesas y sillas; las cuentas de plástico lucen los pretendidos azulejos del baño del Museo Guggenheim de Bilbao; y algunas perlitas, también de plástico, se pueden apreciar en el retrato de Evita. Pero la artista fue reemplazando dichos materiales por municiones como variantes de unidades mínimas. El impacto de la fotografía de la suma de bases de capsulas de bala en forma de trama, que utiliza tanto para paisajes o naturalezas muertas, como para distintos tipos de violencia o de guerras (utilizando las bases de capsula de bala de fusil FAL para la Guerra de las Malvinas y las de M 16 para la Guerra del Golfo), ensamblando en muchos casos objetos incongruentes en técnica surrealista, aparece reiteradamente muy cargado en su significado por su sentido sentencioso, ubicándonos en espacios y situaciones donde la percepción naufraga en el presumible desenlace de una escena de muerte o asesinato. Esas tramas se superponen a la reiteración de imágenes que remiten a la inseguridad pero, por sobre todo, a la evocación de interrogantes sobre lo ético de nuestro entorno que el imaginario le provoca a la audiencia.
Las trabajos de Karina El Azem – que recuerdan al kitsch, entendido como tal a una exacerbación de lo artificial en la estética de nuestra contemporaneidad – conmueven poderosamente nuestro sentido de la realidad, y cuestionan sutilmente la función de los símbolos y su significado en el arte, apelando a una profunda y serena reflexión sobre la sociedad y su necesidad de cambios.
Lic. Cecilia Cavanagh
Curadora
Directora del Pabellón de las Bellas Artes